Didáctica de la Educación Artística
Profesor: Edmundo
Vallejos
Ayudante: María
Ignacia Gajardo
Ensayo Final
“La Importancia
de la Educación Musical y de la Visión del Profesor”
Hoy en día, la educación musical está siendo dejada de lado, pues se está
perdiendo el sentido y muchos han olvidado todo lo que ofrece la música al
desarrollo humano: en los colegios se le suele quitar cada vez más horas a los
profesores de música, para que los niños ensayen el SIMCE, para que estudien
para las pruebas importantes, o en algunos casos, para organizar actividades de
curso; Los mismos profesores de música sienten impotentes frente a esta
situación, por lo que terminan dándole menos importancia a su propia
asignatura; y los niños ven estas actitudes del colegio y los profesores frente
a la música, y piensan que la hora de esta asignatura es sólo un espacio de
recreo y entretención.
Esta crisis en la educación ha logrado que se pierda
el verdadero sentido de este subsector, que toma como concepto la inteligencia
musical, la cual influye en el desarrollo de las otras áreas de las personas,
como lo son lo emocional, espiritual y corporal. Frente a esta inteligencia, se
consideran dos aspectos del conocimiento musical que hay que tener en cuenta.
Uno de ellos es que la música es una facultad humana y el otro, se asocia a la
parte cultural de las personas.
“El aprendizaje musical a la edad temprana ha sido
objeto de estudio desde las diferentes disciplinas que lo comprometen, como la
pedagogía, la psicología y la música en sí misma. El ser humano, en sus
distintas etapas de formación y crecimiento, puede potenciar muchas habilidades
que fortalecen a otras áreas de desarrollo”. (Casas, 2001, p.1)
El conocimiento musical, es el que ayudará a que se
desarrollen diversas dimensiones específicas de los niños, de manera efectiva
al momento de incluir la enseñanza de la música como la motricidad, el
lenguaje, la socialización, la consciencia del espacio y tiempo y la
autoestima.
Frente a la situación actual y teniendo en cuenta la
importancia real de la educación musical para la formación integral de los
niños, todo profesor debería ser consciente de cómo actuar frente a esta
asignatura y qué actitud tomar frente a su enseñanza
Una visión que se ha estado imponiendo mucho
actualmente y que ha llevado a muchos a pensar en la música como algo aún menos
importante, es la de Jannet Mills (1997)
quien afirma que “la música es para todos los profesores. Con esto,
quiero decir que el ideal sería que los niños estudiaran música con su profesor
habitual y no con uno especializado” (Mills, 1997, p.). Esta perspectiva,
implicaría que la música es algo fácil de enseñar.
Los profesores deberían comprender que no se pretende
que los profesores de música no tengan pedagogía y sean expertos músicos, pero
sí que es necesario, que quien vaya a enseñar esta asignatura a los niños,
tenga no sólo herramientas pedagógicas, sino que una adecuada formación
musical. No cualquier profesor puede enseñar música a sus alumnos.
Muchos métodos mundialmente reconocidos de enseñanza
musical como el método Orff, Kodaly y Dalcroze, insisten en la importancia de
una debida preparación musical. De hecho, cualquier profesor que quiera enseñar
música utilizando estos métodos, debe estudiar y perfeccionarse en una
institución especialista en cada uno de ellos.
Según Mills, esto no sería adecuado pues la pedagogía
es lo más importante, pero de hecho, Karl Orff, Emile Dalcroze y Kodaly – los
fundadores de los métodos mencionados – fueron, grandes revolucionarios de la
educación musical y cambiaron completamente la metodología con la que ellos
aprendieron. Cada uno de estos músicos fue capaz de encontrar una vía adecuada
para enseñar música a los niños de manera dinámica, atractiva y útil – no
basándose únicamente en contenidos teóricos.
Dalcroze, quien fue el creador de un método centrado
en la educación por el movimiento, propuso que “la aplicación del método exige
una preparación del profesorado (entre otras, la de improvisación al piano)” (Pascual,
2002, p. 119), es decir que es requisito que los profesores de música tengan
conocimientos de improvisación musical para poder poner en práctica sus
metodologías. De esta manera, un profesor sin conocimientos especializados en
música, no sería capaz de trabajar la música con los niños.
Kodaly, por su lado, quien opinaba que “el valor de la
educación musical, está en el ejercicio activo y la participación en las
actividades musicales como contribución al desarrollo de las facultades del
niño” (Pascual, 2002 p. 125). Para enseñar música, se debe partir de la canción
popular, que según Kodaly, es la lengua materna del niño y además es la lengua
que el niño más entiende. Para enseñar esta lengua materna, el profesor debe
adaptar muchas de las canciones populares y para esto “la preparación debe ser
bastante amplia tanto didácticamente como musicalmente”. (Pascual, 2002 p.
148). Este es otro ejemplo de otro gran innovador en la pedagogía musical que
explica la importancia de que los profesores estén debidamente preparados con
conocimientos musicales y que no cualquier profesor puede tomar esta
responsabilidad.
Finalmente, el método Orff, que se fundamenta en la
importancia de “trabajar con una serie de propuestas o sugerencias, a través de
las cuales el niño desarrollará el sentido rítmico improvisando ritmo, sonido y
movimiento”(Pascual, 2001, p.206)
Para educar musicalmente a los niños, se debe tener en
cuenta que es necesario favorecer los movimientos físicos y la capacidad de
adaptación, para lograr desarrollar la sensibilidad y la motricidad del niño,
entre muchas otras habilidades. En
muchos de los ejercicios, es necesario que el profesor guíe la actividad
tocando piano utilizando un mismo ritmo, pero improvisándolo en diferentes
tiempos. Esto sería una gran dificultad para cualquier profesor no
adecuadamente preparado con conocimientos musicales de interpretación e
improvisación.
De esta manera, estos tres grandes innovadores en la
pedagogía musical, insisten en la importancia no sólo de las herramientas
pedagógicas – que ciertamente son necesarias – sino que también la
indispensabilidad de conocimientos musicales especializados.
Otra actitud que debería tomar el profesor frente a la
enseñanza de la música es el valorarla en toda su plenitud y con todos los
beneficios que ofrece no sólo a niños sino que a todos.
El comprender la verdadera importancia de la música y
todo lo que brinda, permitirá a cualquier profesor, estar preparado para tener
una correcta postura frente a la enseñanza de la música.
La música, entre muchas otras cosas, puede aplicarse
en cuatro grandes dimensiones de la vida de cualquier persona: estética y
expresiva, cultural y en relación a la persona y sociedad, terapéutica y
profesional y extraescolar.
Estas últimas dos dimensiones, son relativamente
nuevas. Antiguamente, la música era parte integral de todas las culturas y su
utilidad principal era estética y expresiva. Pero en la actualidad, se le ha
podido dar distintas funciones en cuanto a la salud de las personas. La
musicoterapia ha contribuido enormemente a niños – y adultos – que sufren de
trastornos emocionales, problemas motores, perceptivos e incluso mentales. Por
otro lado, la música puede servir a personas perfectamente sanas pues es un
gran renovador de ánimos; la música, indiscutiblemente, permite a las personas
liberar las tensiones y frustraciones que da la vida cotidiana.
En este sentido, es correcto decir que la música no es
sólo para quienes quieran ser músicos, sino que también sirve como “actitud
paravocacional, en la que pueden participar personas de todas las edades”. (Garretson, 1980, p.6)
En
conclusión, hay dos grandes actitudes que los profesores deberían adoptar
frente a la enseñanza de la música: no cualquiera puede enseñarla pues se
requiere de una adecuada preparación para lograr el máximo potencial en el
desarrollo de los niños y aprovechar los beneficios de la música; es
indispensable que el profesor sea completamente consciente de la importancia de
la música no sólo en el colegio, sino que en todas los aspectos de la vida – espiritual,
corporal, profesional, estético, expresivo, de la salud, etc. – .
Tomando
la gran importancia y todo lo que ofrece la música, hay que darse cuenta de que
todos los niños deberían tener la posibilidad de tener acceso a una educación
musical integral, pues le será útil durante toda su vida, tanto como las
matemáticas, el lenguaje y todo los subsectores de aprendizaje. Es por esto,
que la música no puede estar destinada sólo a un grupo selecto de niños a los
que se les adjudiquen ciertas capacidades innatas, ya que se caería en lo que
Casas (2001) denomina el mito del talento. Se debe derribar la idea de que lo
único que importa es el talento innato de los niños. De hecho, está comprobado
que un niño, sin capacidades musicales sobresalientes, puede llegar a ser un
excelente músico tanto como un niño que sí las tiene, pues mucho depende de el
entorno, de la práctica y de la preparación, por lo que son estos tres
elementos – entorno, práctica y preparación –, los que se le deben ofrecer a
los niños sin tener el derecho uno como profesor, quien puede tener o no acceso
a una buena educación musical.
“La
habilidad musical se desarrolla a partir de un conjunto de características
básicas heredadas que son comunes a la gran mayoría de la población. Pero
requiere de un adecuado estímulo, orientación y trabajo permanente”. (Casas,
2001, p.12).
Referencia Bibliográfica
-
Casas,
V (2001) ¿Por qué los niños deben aprender música?
-
Garretson,
L. (1980) La música en el plan de estudios de la escuela moderna
-
Mills,
J (1997) Los profesores de Enseñanza básica y la música. En J.Mills La música en la enseñanza básica
-
Pascual,
P (2002) El método Dalcroze. En P.Pascual Didáctica
de la música para primaria (99-119)
-
Pascual,
P (2002) El método Kodály. En P.Pascual Didáctica
de la música para primaria (122-149)
-
Pascual,
P (2002) El método Orff. En P.Pascual Didáctica
de la música para primaria (203-228)
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