I. Datos del Texto
Título: “Murray Schafer y cómo enseñar músico a los niños pequeños”
Autor: Luis Guerrero Ortiz Año: 2009
II. Resumen.
Murray Schafer es el creador del Proyecto “Paisaje Sonoro Mundial”.
Para él, la justificación de la enseñanza de la música se basa en la importancia que tiene para la estimulación y coordinación. El excluirla de la educación, afecta negativamente a los niños.
Al enseñar música, los alumnos aprenden a reconocer y apreciar los sonidos que hay a su alrededor, a crear música e intervenir en su entorno acústico. Van a tener, en general, una mayor capacidad de escucharse a sí misma y conectarse con los diferentes sonidos que en ellos hay.
El mundo actual sufre transformaciones, que influyen en las culturas de enseñanza. Según Margaret Mead, hay tres tipos: la cultura postfigurativa, en la cual los niños aprenden de los adultos, la cultura cofirgurativa, en la cual tanto niños como adultos aprenden del resto de sus pares y la cultura prefigurativa, en la cual los adultos también sacan aprendizajes de los niños.
Son las dos últimas las que se dan en el mundo, lo que demuestra que los aprendizajes dependen cada vez menos de los adultos y más de cada uno de ellos.
La educación debe darle la posibilidad a los alumnos de poder descubrir el paisaje sonoro que los rodea y escucharlo, descubrir el potencial para crear la propia música y lograr que la música se encuentre con todas las artes.
Limpiando los oídos y descubriendo el paisaje sonoro
Es un espacio en el cual todos somos partícipes. En él se distinguen tres elementos: los sonidos principales, representan la nota principal del paisaje, aunque la percepción no es consciente. Definen el carácter de las personas que viven en el lugar; las señales sonoras, que ganan el primer lugar y se escuchan conscientemente; y las marcas sonoras, que son sonidos únicos en un ámbito y que aportan a la identidad de un lugar.
Los paisajes pueden ser de alta fidelidad o baja fidelidad.
Para trabajar en este espacio, se puede aprender a diseñar los paisajes, y así se cultivan las costumbres auditivas. Para el diseño se necesita manejar los distintos sonidos y tratarlos adecuadamente, además de ser más conscientes de lo que escuchamos y descubrir todo acerca del sonido.
Descubriendo el potencial de los niños para crear su propia música
Lo primero que dice Schafer que hay que tener claro es que no se puede comenzar con el aprendizaje de sistemas de notación o con el conocimiento de piezas clásicas. No se puede aprender la música sin aprender los sonidos. Plantea que hay que invertir tiempo de las clases en producir diferentes sonidos, que aunque no sean perfectos, son producidos por los niños.
También hay que “encender la chispa” en los niños, de manera que creativamente y continuamente puedan producir sonidos, desde el inicio de su educación. Esto se logrará solamente a través del ensayo y error.
El maestro debe dejarle espacio a los niños en el aula, y él estar en un segundo plano. La hora debe estar llena de descubrimientos de los alumnos.
Convirtiendo la música en un lugar de reunión de todas las artes
El arte debe incluir todos los sentidos. Hay que unificar las diferentes expresiones artísticas para alcanzar un arte más elevado.
Murray dice que en los primeros años, la educación de las artes debería llamarse “estudio de los medios” o “estudio de sensibilidad y expresión”.
El cambiar a una educación creativa es un desafío para los profesores, pero hay que promover y apoyar los cambios. Si bien el currículum cambió y se agregó una dimensión personal y afectiva y se buscaba el desarrollo del potencial creativo, estos dos ámbitos aún no entran en las salas de clase.
Hay que desarrollar la creatividad de los alumnos, para convertirlos en innovadores en las diferentes formas de expresión.
III.Breve Comentario Personal.
Tal como dice el autor, en las escuelas de Chile, la enseñanza de la música se da principalmente mediante la lectura de notas musicales y de teoría más que de práctica.
Nosotras mismas nos acordamos de nuestra educación musical, en la cual desde pequeñas nos enseñaban a tocar algún instrumento y leíamos las partituras que nos entregaban, sin comprender realmente cómo cada nota se escuchaba en realidad.
Una educación como la que plantea Schafer, ayudaría a que los estudiantes puedan descubrir que la música va más allá de lo teórico y que es algo que nos encontramos a cada momento. Con sólo detenernos a escuchar los sonidos de nuestro alrededor, podemos desarrollar más agudamente la capacidad de escucha, que solamente oyendo cómo suenan las canciones.
Creemos además, que por mucho que se incluya en el currículum las nuevas concepciones acerca de la enseñanza de esta asignatura, es necesario también que los profesores sean conscientes de este cambio y que lo sepan implementar en las salas de clase, ya que no es lo ideal que esto quede solamente en lo teórico.
Es hora de que los profesores se hagan a un lado, y dejen a los alumnos ser los creadores de su aprendizaje musical.
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